El colecho es una práctica en la que bebés o niños pequeños duermen con los progenitores en la misma cama, en camas continuas o, cama y cuna unidas. Para efectos de este artículo nos referiremos al colecho, a la cuna continua.
Algunos beneficios de las cunitas colecho son:
Facilita la lactancia materna en las tomas nocturnas, ya que evitan que la madre tenga que levantarse e ir a otra habitación cuando el bebé necesite alimento.
Favorece el descanso materno.
Reduce los episodios de llanto del bebé.
Todos duermen más y mejor. Los bebés se sienten protegidos y seguros teniendo a sus padres cerca lo que favorece que estén más tranquilos y puedan conciliar mejor el sueño tanto ellos como sus padres.
El bebé se suele dormir más fácil y rápido.
Potencia el vínculo emocional entre los padres y su bebé, al compartir el espacio de descanso.
Incrementa el tiempo de contacto cercano entre padres e hijos.
Favorece la sincronización del sueño de la madre y el bebé.
La cercanía al bebé permite estar más consciente de los movimientos del bebé.
Puede ayudar a reducir el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita. Al tener a tu bebé a tu lado te puedes dar cuenta con más facilidad sobre cualquier problema potencial de respiración que pueda experimentar durante la noche.
Algunas cunas colecho se pueden inclinar, lo que puede ayudar a los bebés con reflujo y congestión.
DATOS CURIOSOS:
La mayoría de las cunas colecho son recomendadas para bebés de 0-6 meses o hasta 9 kg.
Según cuentan, el colecho era una práctica común en Europa hasta que las casas comenzaron a tener más de una habitación, y los niños su propia cuna.
En algunos países asiáticos se practica el colecho hasta que los niños tienen 7 años.
En muchas partes del mundo el colecho se usa para mantener a los bebés calientitos durante la noche.
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